Movimiento 2.0

Ya hicimos movimiento la semana pasada: Caminar lento, caminar rápido, sentir el cuerpo, comunicarse con los demás de diferentes maneras, hacer fluir la energía.
¿Qué es lo que se viene para esta semana?

Hoy fue el último de vacunación obligatoria, por lo que la mayoría había acudido a realizar dicho trámite durante la mañana y algunos seguían adoloridos así que restaron su participación de la actividad y fueron llevados a otra sala (a hacer qué no lo supimos hasta el final de la clase). Primera división del curso: “Los adoloridos” o quizás desmotivados, que no querían moverse.

La clase comenzó con ejercicios similares a la anterior; caminar en círculos, mover la cabeza, mover las extremidades… Si la clase va a  ser de nuevo lo mismo que aburrido, pensé.
Luego de un rato la profe pidió nos dividiéramos en dos grupos, uno trabajaría afuera y otro se quedaría en la sala con ella. Eso era todo lo que sabíamos.
Una vez hechos los dos grupos nos explicó que el grupo que quedaba adentro haría ejercicios de expresión corporal y el grupo que saliera (al que yo pertenecía) debía realizar una especie de actuación o performance improvisada, en el que se expresaran sensaciones o emociones y en la cual se utilizaran las máscaras mencionadas en las entradas anteriores.

Así ocurrió la segunda división del curso: “Los enmascarados” y “Los bailarines”.
La profe entró a la sala y “los enmascarados” nos quedamos discutiendo que haríamos. Pese a que dentro de las instrucciones se había dicho IMPROVISADO, lo planeamos muchísimo. Escogimos a uno de nuestros compañeros como líder de la actividad y decidimos realizar una rutina donde emitiéramos sonidos con el cuerpo, nos moviéramos de forma libre, nos cubriéramos los rostros con las máscaras y termináramos recostados en el suelo.
Mientras planeábamos todo esto escuchábamos los ruidos que venían de adentro y podíamos ver como nuestros compañeros se movían alegremente al son de una música, sin esquemas ni coreografías y, definitivamente, sin vergüenzas ni complejos. Parecían estarlo disfrutando bastante.

Llegó el momento de presentar nuestra creación. Intentamos hacerlo lo más fiel posible  a lo acordado, no salió exactamente igual y esto estuvo bien… Hubo espacio para la improvisación. 
Finalizado nuestro “espectáculo” fue el turno de los compañeros que se quedaron a dentro: “los bailarines”. Su presentación consistía en diversos movimientos que parecían espontáneos al son de la música, los compañeros se iban incorporando poco a poco a la dinámica hasta formar un gran grupo. Definitivamente, creo que este fue uno de los momentos que más he disfrutado de todas las clases pese a no estar participando activamente de él. Esto porque mis compañeros lo estaban disfrutando inmensamente y su alegría y diversión se contagiaba a todo el resto de la sala, además estéticamente se veía muy lindo.
Finalizado su momento, llegó el turno de “los adoloridos” que ingresaron a la sala con múltiples elementos que emitían sonidos, todos los demás nos recostamos y con los ojos cerrados nos dispusimos a disfrutar de un ejercicio de relajación guiado por ellos. Fue realmente agradable.

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